El único tema que parece importar hoy en día es el valor dólar. Como no podía ser de otra manera, se me ocurrió la original idea de escribir algo relacionado al tema. Siempre me pareció fascinante la obsesión que tenemos los argentinos por el dólar billete. Y no es para menos. Si uno revisa la historia argentina se encuentra con gran cantidad de ejemplos que justifican ese comportamiento. Ya lo dice el dicho “el que se quema con leche ve una vaca y llora”. Teniendo esto en mente quién puede discutir que la única opción de inversión viable que existe es comprar dólares.
Pero el sentido común a veces falla… Así que me puse a investigar un poco qué pasó con el dólar en estos últimos años y a ver qué tan bien está funcionando el sentido común de la gente.
Primero, vamos a explicar un poco en qué consiste el análisis. La idea es simple pero efectiva, comparar el rendimiento de comprar dólares con otras opciones de inversión. ¿Qué otras opciones? Acciones, bonos y el tradicional plazo fijo. Para cada caso tomamos como referencia:
- Acciones: El conocido índice Merval que agrupa las empresas más negociadas en la bolsa argentina.
- Bonos: El índice de bonos del Instituto Argentino de Mercado de Capitales, que muestra una combinación de títulos de corto y largo plazo, en pesos y en dólares.
- Plazo fijo: a tasa BADLAR, es decir, la tasa de interés pagada por depósitos a plazo fijo de 30 a 35 días de más de un millón de pesos, por el promedio de entidades financieras privadas.
- Dólar: A tipo de cambio oficial hasta 2008 y dólar blue a partir de 2009.
Veamos los resultados. El cuadro muestra los rendimientos de cada instrumento sumados a partir de distintos períodos de tiempo y el gráfico más abajo muestra la evolución completa desde la salida de la convertibilidad.
Los resultados son bastante marcados. Claramente acciones y bonos se muestran como las mejores opciones a largo plazo, mostrando una importante caída sólo durante la crisis de 2008. Por su parte, el dólar billete fue la mejor opción de inversión durante el primer año a lo largo de todo el período analizado. Desde mediados de 2003 en adelante siempre alguna de las otras tres opciones fue una mejor inversión.
Cuidado, no estoy insinuando que no hay que dolarizar carteras. Más en estos días con “la crónica de una devaluación anunciada” por la que estamos transitando. El tema pasa por cómo hacerlo. Con la compra de dólar a tipo de cambio oficial limitada, existen otros medios para resguardar los ahorros que no implican necesariamente salir a comprar el dólar billete.
En lo que respecta a títulos de deuda, bonos soberanos en dólares tienen una rentabilidad de aproximadamente 8% en dólares aunque convalidando un dólar implícito cercano a $14. Otra opción, los instrumentos dollar linked (atados a la cotización del dólar oficial) tienen actualmente rendimientos negativos mostrando expectativas de devaluación a futuro. Tema “tabú” por estos días y más allá de su actual restricción, el mercado de futuros puede ser otra posibilidad. En lo que respecta a acciones, no hay que olvidarse que lo que estamos comprando es una empresa y sus ingresos futuros. Las empresas suelen ajustar sus precios para acompañar la inflación, por lo que la rentabilidad de alguna de ellas puede acompañar los índices de inflación. De la misma forma, las empresas exportadoras pueden llegar a mostrar un importante incremento de rentabilidad si se produce una devaluación.
Estos son sólo unos pocos ejemplos, pero sirve para demostrar que las opciones para cuidar los ahorros son más de las que normalmente se nos vienen a la cabeza. Incluso las opciones más comunes no son necesariamente las que mejores rendimientos generan.
Un último comentario. Para los que crean que esto es muy complicado, les cuento que, por ejemplo, están a unos pocos clics de hacer este tipo de operaciones a través de su cuenta de home banking con la compra de un fondo común de inversión.